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Micropisos: metros cuadrados y vivienda digna en tiempos de coliving

By 07/08/2019 No Comments

Según el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, toda vivienda, para ser considerada digna, debe ser un espacio en el que las personas que lo ocupen puedan vivir con seguridad, dignidad y en paz. Pero ¿cómo regular el nivel de dignidad de una vivienda frente a otra?

Debido a la creciente demanda de vivienda y al encarecimiento de los precios de alquiler, en los últimos años han visto la luz propuestas de habitabilidad en espacios reducidos como los micropisos, espacios de menos de 20 metros cuadrados, o los habitáculos en los llamados pisos “colmena”. El mayor atractivo de estas opciones son los bajos precios a los que salen al mercado, siendo a veces la única vía disponible para muchas personas, incapaces de costear los exacerbados alquileres de las grandes ciudades.

Los metros cuadrados mínimos que debe tener una vivienda en España

El concepto de minipiso o micropiso es bastante reciente, y puede definirse como aquella vivienda cuyo espacio se encuentra por debajo del mínimo requerido en cada una de las comunidades.

Los criterios de habitabilidad dependen de la comunidad autónoma, y a veces incluso del municipio. Así, entran en juego desde las diferencias marcadas entre viviendas y apartamentos, como sucede en la Comunidad Valenciana, hasta los metros cuadrados que deben tener la cocina o el salón, pasando por el total de la superficie útil o si se trata de una vivienda de protección oficial.

Los criterios de habitabilidad dependen de la comunidad autónoma.

La media de metros cuadrados mínimos exigidos por comunidad en España para considerar una vivienda se encuentra en torno a 30 metros cuadrados. El máximo lo ostenta Murcia, donde el mínimo de metro cuadrados que debe tener un piso son 40; le sigue Madrid, con 38, y Aragón, con 37. La cifra más baja se da en Ceuta, donde el mínimo son apenas 20 metros cuadrados, seguida de Andalucía, con 24.

Habitabilidad regulada

Para que una vivienda sea habitable es necesario que ésta cuente con un documento que lo acredite, como la cédula de habitabilidad, utilizada en la gran mayoría de las comunidades autónomas, o la licencia de primera ocupación. Ambos documentos se rigen por criterios no sólo de espacio, sino también de salubridad, condiciones higiénicas, seguridad, etc. Tanto la cédula de habitabilidad como la licencia de primera ocupación certifican lo mismo: que el espacio reúne las condiciones mínimas para poder utilizarse como vivienda dentro de la legalidad.

Formato “colmena”: habitáculos en pisos compartidos con hasta 20 personas

Algunas iniciativas han ido más allá del concepto de micropiso, especialmente en grandes ciudades con problemas de vivienda como Madrid o Barcelona. Son los llamados pisos “colmena”, donde pueden compartir vivienda hasta 20 personas que viven en pequeñas cápsulas privadas de menos de 3 metros cuadrados.

Como en cualquier piso compartido, estos cuentan con espacios comunes, como la cocina, el salón y el baño. La única diferencia con un piso compartido es que no hay habitaciones privadas para cada uno de ellos, sino habitáculos con una cama individual, una mesa por lo general abatible y un baúl para guardar objetos personales.

Los pisos “colmena” han dado pie a la polémica allí donde se han puesto en marcha, y es que ayuntamientos y asociaciones denuncian que esta opción no se corresponde con los términos de vivienda digna.

Ejemplo de cápsula en un piso “colmena” de la empresa Haibu en Barcelona.

Vivienda ¿digna?

Según profesionales del sector, ni los micropisos y ni los pisos “colmena” podrían considerarse viviendas. A pesar de que suponen una solución rápida en un momento en el que las personas demandantes de alquiler han visto aumentar los precios, desde los colegios de arquitectos se considera que estas opciones son sólo para un uso puntual y limitado en el tiempo.

Consecuentemente, ninguno de los dos formatos respondería a la definición de vivienda digna, puesto que no son espacios diseñados para que un ente familiar, desde una persona hasta varias, pueda desarrollar su vida con normalidad.

Expertos del sector consideran 45 metros cuadrados el mínimo para poder considerar una vivienda como tal.

En los tiempos en los que vivimos, donde las viviendas más tradicionales conviven con formatos emergentes como el de los pisos “colmena” o el coliving, no hay que pasar por alto la necesidad de contar con una regulación clara en materia de habitabilidad que ampare a todas las personas y garantice su derecho a una vivienda digna.

 

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